lunes, 20 de junio de 2011

El rapto de Europa Una joven juega en la playa. Se llama Europa. Y una belleza así no escapa al ojo clínico de Zeus.
El dios se transforma en un toro blanco que juega con Europa. La joven lo acaricia e incluso se monta sobre él. Entonces el toro inicia una loca carrera.
Es el rapto de Europa.
Su padre, desesperado, obliga a su mujer y a sus hijos a buscar a su hermana. Y les prohíbe regresar sin ella. Uno de ellos es Cadmo.
Cadmo recorre el mundo. Finalmente le pregunta a un oráculo.
"Jamás encontrarás a tu hermana. Detén tu vagabundeo. Sal de la ciudad y encontrarás una vaca. Síguela y donde pare has de fundar una ciudad"
Cadmo obedece al oráculo y cuando la vaca se detiene, decide hacer un sacrificio a los dioses y fundar una ciudad
La fundación de Tebas Para hacer los sacrificios es necesario tener agua. Cadmo envía a varios de sus compañeros a una fuente que los lugareños llaman la Fuente de Ares. Pero la fuente está guardada por un dragón. Cadmo va y acaba con el de una pedrada. Luego aconsejado por Atenea siembra los dientes del dragón.
De los dientes surgió un ejército de hombres armados: los Espartoi. Cadmo temía que se volvieran contra él, así que les arrojó una piedra. Los Espartoi se acusaron los unos a los otros y lucharon entre sí. Solo sobreviven cinco que serán la nobleza de Tebas.
Cadmo recibe como premio la mano de una diosa: Harmonía. Harmonía es hija de Ares y Afrodita.
Sémele y Zeus Una de las hijas de Cadmo es Sémele. Es una beldad y como siempre Zeus se enamora de ella. Sémele se queda embarazada. Hera, que tiene la mosca detrás de la oreja, obliga a Sémele a que llame a su amante. Sémele lo hace y Zeus aparece en forma de rayo que la fulmina. Seguramente para que no se vaya de la lengua. Hermes saca al niño antes de que muera y lo implanta en el muslo de Zeus.
Meses más tarde nace. Ese niño es el dios Dionisos, el inventor del vino. Por eso se le llama el dos veces nacido.
El regreso de Dionisos a Tebas El culto de Dionisos se extiende rápidamente por Asia, pero en Tebas se le desprecia.
Las hermanas de Sémele creen que era una histérica que tenía amores con un desconocido y que llegó incluso al extremo de prenderse fuego. Dionisos no puede consentirlo.
En Tebas reina Penteo, el hijo de Ágave (hermana de Sémele). Cuando llega Dionisos con su corte de alborotadores hace lo imposible por echarlos de Tebas. Entonces Dionisos enloquece a todas las mujeres de Tebas y las convierte en bacantes alocadas.
Las bacantes se niegan a regresar a sus hogares y vencen a todos los ejércitos que mandan contra ellas.
Dionisos, que se ha disfrazado de sacerdote, se presenta ante Penteo y le convence para que él mismo vea lo que hacen las bacantes.
Dionisos le disfraza. Penteo y Dionisos son primos, tienen la misma edad y ahora parecen hermanos gemelos. Los dos se dirigen a los campos. Allí el dios le convence para que se suba a un árbol y las observe. Dionisos ha preparado un castigo ejemplar.
Penteo se sube al árbol y es descubierto por las bacantes. Dionisos las enloquece hasta hacerlas creer que Penteo es una fiera que quiere atacarles. Las mujeres, con Ágave a la cabeza, derriban el árbol. Penteo intenta hacerles ver quien es sin conseguirlo. las mujeres lo despedazan.
Cadmo y Tiresias asisten al macabro espectáculo. Han acudido a unirse a las bacantes pues son los únicos que creen en la historia de Sémele. Ágabe ha cogido la cabeza de Penteo y la ha colocado en lo alto de su tirso. Se la muestra a su padre con orgullo.
"Mira. He cazado una fiera salvaje"
"No es una fiera, hija. Es Penteo. ¿No lo ves?"
Ágave gira la cabeza lentamente y poco a poco su mente se aclara. Un gemido se escapa de su boca.

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